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SBL Temporada 1 Capítulo 7: Alfea

2/8/14
CAPÍTULO 7:
Alfea
L
legó el 8 de septiembre y empezaron las clases, yo fui a Alfea, mis amigas al Instituto de Magix, y mis amigos a Fuente Roja. Estaba entusiasmada por saber que asignaturas más había, aparte de las que ya sabía, porque eran las optativas del papel de solicitud, aunque no lo hicimos por papel sino por teléfono. Eran ‘’Historia de la Magia’’ o ‘’Música’’, yo elegí, ‘’Historia de la Magia’’, pensé que debería saber algo sobre la magia.
Nada más llegar, lo que hice fue ir a mi cuarto e instalarme. Me tocó un cuarto para mi sola, ya que había sido la última chica en apuntarme a la escuela y aparte mi madre lo eligió. Era un cuarto bastante grande, con dos camas, y dos estilos. Me instale en el que tenía más azul, por que el otro era muy rosado. Deje la maleta sobre la cama, y vi que había un escritorio inclinado que tenía atornillado un flexo de color rojo. Encima había una pequeña estantería que tenía un lapicero y un jarrón cristalino de color verde agua. Al lado del escritorio había una papelera vacía de color rojo con dos corazones amarillos. El escritorio tenía una silla azul y morada con un corazón. La cama tenía unos cojines, y el cabecero tenía forma de corazón. A los lados de la cama había mesillas, que tenían un cajón y debajo un espacio vacío. En una de ellas había una lámpara amarilla y roja, y en la otra, había un portafotos azul oscuro y un despertador amarillo. Al lado había un armario con un marco y tenía unas puertas verdes oscuras. Había una ventana de cortinas verdes y una pequeña estantería que separaba los dos cuartos.
De repente se oyó una voz que provenía de un altavoz de mi apartamento. Era la directora, decía que nos reuniéramos todas las hadas del primer curso en el patio. Salí de mi cuarto, cerré la puerta, y me dirigí con las demás alumnas al patio. La directora quería informarnos sobre algo. Cuando todas las alumnas ya estaban en el patio, la directora comenzó a hablar.
–Sed todas bienvenidas, espero que estéis preparadas para comenzar los estudios. Os he reunido aquí para enseñaros Alfea y vuestros horarios –la directora nos guió hasta la puerta principal, que daba hacia el recibidor de Alfea–. En el tablón de anuncios tenéis vuestros nombres y en las clases en las que estáis. Mañana os dará el horario vuestro tutor o tutora. Las clases empiezan mañana –todas nos dirigimos hacia el tablón, yo no pude ver nada, pero la directora se acercó a mí–. Tú eres Bloom, ¿verdad?
–Sí, directora Faragonda.
–Sabes, te pareces a una chica de la leyenda y te llamas igual, debe tener una doble –yo no sabía de qué leyenda me estaba hablando, pero tampoco me importó–. Tu clase es la 1.1, eres del primer curso A.
–Muchas gracias –le dije con una sonrisa y se colocó de nuevo el micrófono.
–En vuestros armarios tenéis una plataforma y una pantalla. Todo lo que colguéis en el armario aparecerá en la pantalla. El uniforme es obligatorio, cada una tiene uno diferente –dijo dirigiéndose hacia todas las alumnas.
La directora Faragonda, a pesar de ser una directora firme, era muy amable y simpática. Era mayor, con el pelo blanco y corto, y llevaba unas gafas pequeñas. Fui a mi cuarto, terminé de instalarme y eché unas fotos para enviárselas a mis amigas. Después, puse el despertador a las 7:30, y me acosté en la cama y me quedé profundamente dormida. Tuve un sueño: todas las hadas de Alfea corrían, yo no sabía lo que pasaba, hasta que apareció, un hombre, era malvado, por que desprendía una energía negativa muy fuerte. Yo intenté hacer un escudo protector o algo con mi magia, pero su fuerza negativa me derribó. Y desperté. Estaba sudando. Me levanté de la cama y me dirigí hacia el aseo de mi apartamento. Me eché agua en la cara y me despejé. Después, volví a mi cama, miré la hora, eran las cinco de la mañana, así que continué durmiendo.
Era de día, me sonó el despertador. No tenía ganas de levantarme, pero no quería llegar tarde el primer día, así que me levanté, cogí una toalla, y fui al aseo para ducharme, sólo había una alumna.
–Hola, yo me llamo Bloom –le dije tímidamente.
–Hola, yo soy Layla –me dijo ella.
–¿Es que ya no hay nadie más en este apartamento? –pregunté por curiosidad.
–No, ¿tú fuiste la última en apuntarte?
–Creo que sí. ¿Tu cuarto tiene dos camas?
–No, ¿él tuyo las tiene?
–Sí, es porque mi madre lo pidió así, ya que no conozco a nadie.
–¿Tú conoces a alguien de aquí?
–Sólo a ti.
–Igual que yo.
–Pues en ese caso ya somos amigas.
Ella se metió en una ducha y yo en la otra. Al parecer las dos estábamos muy contentas de haber nos echo amigas. Me vestí y vi que lo que dijo la directora era cierto, me peiné y cogí la mochila y fui a clase. Layla era morena y tenía el pelo rizado y castaño, sus ojos eran azules verdosos, del color del mar mediterráneo, porque aquí en Magix, el agua era azul. Llegamos a la clase, estaba como profesora la directora Faragonda. Yo me senté al lado de Layla. Detrás nuestro había un par de parlanchinas que no paraban de cuchichear. Pronto descubrí que se llamaban Chimera y Diaspro.
–Esta clase que daremos hoy no será la que nos toca, ya que algunas alumnas tienen clase de Música. Os repartiré el horario –dijo la directora cogiendo un paquete de folios con una tabla escrita e imprimida.
Este era el horario:
HORA
LUNES
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
8h–9h
H. Magia / Música
H. Magia / Música
Autodefensa
Metamorfosimbiosis
Biología
9h–10h
Metamorfosimbiosis
Filosofía Mágica
Pocimología
Pocimología
Pocimología
10h–11h
Morfología
Biología
Informática
H. Magia / Música
Morfología
11h–12h
RECREO
12h–13h
Autodefensa
Informática
Biología
Autodefensa
Educación
13h–14h
Filosofía Mágica
Autodefensa
Metamorfosimbiosis
Morfología
Filosofía Mágica

La directora era nuestra profesora de Historia de la Magia. Cuando terminó la clase, dimos Metamorfosimbiosis. No sabía de qué iba esta clase. Nuestro profesor de Metamorfosimbiosis se llamaba WizGiz. Era un duendecillo, de pelo rizado y castaño. Daba unas clases muy graciosas y divertidas. Se convirtió en un elefante. Después, toco la clase de Morfología. Y a continuación, el recreo. Layla y yo fuimos a dar una vuelta por el patio de Alfea y aprovechamos para hablar de nosotras.
–¿De dónde eres? –pregunté.
–De la Tierra.
–¡Igual que yo! –exclamé.
–¿Tú cómo supiste que eras un hada? –me preguntó.
–En un sueño.
–¡Yo igual! –exclamó.
–Sí que tenemos cosas en común.
–Es raro.
–Ya. A mí me lo dijo una ninfa llamada Daphne.
–Y a mí –dijo mientras le pegaba un mordisco al bocadillo–. ¿De qué ciudad eres?
–Soy un pueblo de Córdoba llamado Pozoblanco, en España.
–Yo también soy de España, pero de Castilla y León, y de un pueblo también, se llama Villaramiel.
-¡Que bonito nombre! –exclamé.
-¡A qué sí! El tuyo también –dijo-. Yo vine aquí, porque en mi familia somos muy creyentes.
-Yo tuve que convencer a mis padres.
Nos terminamos el almuerzo, tocó el timbre y fuimos a clase de Autodefensa. La profesora resultó ser la subdirectora del centro, Griselda. Era castaña, de pelo corto y liso, y llevaba unas gafas alargadas. Nos miró de reojo y comenzó a hablar:
–Buenos días, chicas. Esta es la clase de Autodefensa. Empezaremos por ver quién tiene y quién no, la transformación Magix Winx.
Preguntó a todas las alumnas y apuntó en la lista.
–Vaya, hay una gran cantidad de ‘’no’’ –hizo una pausa–, como siempre.
La subdirectora dio un discurso sobre la autodefensa. Después dimos clase de Filosofía Mágica con el profesor Avalon. Es de pelo largo y azulado, amable, majo y nada estricto. Se presentó y nos dijo que significaba ‘’Filosofía’’. Después, dimos un poco de clase. Tocó el timbre, y fui a comer con Layla. Había una salsa de tomate con un filete de pollo, o bien, puré de patatas. Y de postre, pudin de coco o fruta. Yo tomé la salsa de tomate con el filete de pollo y un plátano. Layla tomó la salsa de tomate con el filete de pollo y el pudin de coco. Después me retiré a mi cuarto, al igual que Layla. Luego, Layla y yo fuimos a cenar. Y pusimos fin a este día.
«9 de septiembre de 2014. Querido diario:
Este segundo día aquí ha sido fantástico y he conocido a Layla. Y, ¿a qué no sabes qué ha pasado? A ella y a mí nos pasó lo mismo, descubrimos que somos hadas gracias a un sueño en el que Daphne, una ninfa, nos lo dijo. ¡Es genial!»


CONTINUARÁ
¿Le irá bien a Bloom? ¿y a Layla? ¿Conocerán a alguien más?

DESCÚBRIDLO EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO

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