SBL Temporada 1 Capítulo 17: Dudas

CAPÍTULO 17:

dudas

E

stábamos en la sala que se oculta tras el espejo del despacho de Faragonda y que solo pueden acceder a ella la directora, nosotras y algunos privilegiados más. Faragonda nos acababa de mostrar todo el pasado de las Winx en unos cuarenta y cinco minutos de reloj.

–Bueno, y ya está, eso es todo –dijo al fin Faragonda tras terminar.

Hubo unos minutos de silencio y reacciones.

–Me quedo sin palabras –dije al fin.

–Y todas, supongo –dijo Stella.

–Bueno, chicas sé que es algo complicado, no habéis nacido aquí, todo es nuevo para vosotras, la magia, los poderosos poderes, las trasformaciones, las clases, los enemigos, pero debéis acostumbraros poco a poco. Creo que necesitáis que hable con vosotras en privado una a una –dijo y todas respondimos moviendo la cabeza hacia arriba y abajo que significaba «Sí, nos hará mucha falta»– ¿Quién quiere ser la primera?

–Yo –dijo Tecna.

–Perfecto. Chicas, podéis hacer lo que queráis, luego Tecna llamará a la siguiente –dijo la directora.

Narrado por Tecna

Griselda se fue con ellas y me quedé con la directora, dispuesta a hacerle unas preguntas.

–Directora, quiero hacerle unas preguntas –dijo Tecna.

–Dime.

–¿Mi planeta natal sería Zenith?

–Sí, Tecna.

–He investigado y allí hace mucho frío, crees que Alison podría venir de allí.

–Tal vez no lo sé, pero pronto os voy a encomendar una misión y te diré lo que tienes que hacer para averiguarlo.

–Muy bien. Pues, ya he terminado, iré a buscar a alguna de ellas.

A la primera que vi fue a Flora y se lo dije, y ella fue allí. Luego, me puse con mi ordenador en la biblioteca para buscar algo de información sobre mí y mis poderes y sobre las Sinerx.

Narrado por Flora

Toqué ha puerta del despacho y la directora me dijo que pasará. Me senté en una de las sillas y comencé.

–Directora, quiero preguntarle algo. ¿Mi hermana Miele posee poderes como yo?

–Sí, Flora, ella es un hada de la hierba.

–Que bien, porque a ella le encantaban las hadas como a mí y a Bloom. Bueno, solo era eso, llamaré a la siguiente.

A la primera que vi fue Roxy que estaba cerca del despacho, al parecer estaba impaciente por las respuestas a las preguntas. Ella fue para el despacho de Faragonda y yo a mi cuarto a regar las plantas, ¡esta mañana no me ha dado tiempo!

Narrado por  Roxy

Estaba muy impaciente, tenía preguntas que hacerle muy importantes. Toqué a la puerta y me dijo que pasara. Me senté en una silla y comencé.

–Directora, ¿por qué me han renacido si nunca he formado parte del Winx Club?

–Querida Roxy, tu formaste parte de ellas cuando los Magos del Círculo Negro y, sobre todo, en la batalla del Fin del Mal. Tú tenías que aprender.

–Lo entiendo, pero, ¿por qué yo era la última hada de la Tierra? Quiero que me cuentes mi antiguo pasado.

–Roxy, tu madre era la Reina de las Hadas. Los Magos del Círculo Negro la capturaron cuando tan solo tú eras un bebé. Tu padre te crió pensando que tu madre había muerto, os borraron la memoria. Todas las hadas terrestres fueron capturadas y no quedó ninguna hada más. Y nadie notó la presencia.

–¿Y Bloom? Ella era también un hada y se crió en la Tierra.

–Bloom era mayor que tú.

–Oh, de acuerdo. Pero, ¿por qué mi primera transformación fue el Believix y no el Magix Winx como ellas?

–Porque tú no descubriste que eras un hada como ahora, a ti te lo dijeron, y creíste en ti misma y en eso se basa la fuerza del Believix. Pero, era incompleto, no podías minimizarte, tener las alas Zoomix, Speedix y Trazix, ni tampoco las evoluciones, Sophix y Lovix. Pero, ahora si puedes obtener el Magix Winx. Por el destino.

–Ahora si lo entiendo todo, pero hay algo que no me cuadra, si mi madre era Reina de las Hadas, ahora, ¿qué va a pasar?

–Tu madre nunca tomó en sí el poder de la corona, tu madre vivió su vida como una humana.

–Y, ¿quién tomó el poder?

–Nébula, el hada de la paz. Ella participó en la batalla del Fin del Mal y ella renació en el Reino de las Hadas Terrestres. Primero su madre reino, yahora reina ella.

–Ya veo. Entonces, suponiendo que yo quiera recuperar el poder que me perteneció, que no quiero, ¿podría?

–Supongo que sí, las Hadas Terrestres son muy de profecías y tradiciones, son muy creyentes en leyendas de ese tipo.

–Bueno, pero ser princesa la verdad es un jaleo, no tienes tiempo libre que es lo que yo deseo para toda la vida. Bueno, ya está gracias, directora.

–De nada, querida, para eso estoy, para resolver dudas, aunque no todas hay algunas que debéis buscar la respuesta por ti misma.

Salí y busque a alguna de ellas, vi a Musa y le dije que era su turno. Y fui a mi cuarto a reflexionar un poco.

Narrado por Faragonda

–Espero que tenga tiempo libre, pero por el momento tendrá que salvar el Universo, aunque no sabe lo que significa ser verdaderamente un hada –pensó.

De repente, alguien tocó a mi puerta, y fue Musa.

Narrado por Musa

–Hola, directora. Tengo una pregunta. ¿A mí me gustaba la música antes de renacer?

–Claro, Musa, pero –Musa interrumpió a la directora.

–No es solo esa pregunta, directora, antes, ¿cuál fue mi pasado?, me gustaría saberlo.

–Musa, tú vivías en Melodía, el planeta más musical, allí vivías con tus padres, tu madre murió debido a una enfermedad rara que tu padre no podía pagar el tratamiento para mejorarla, era muy caro, y vosotros eráis pobres, pero muy felices. Tras pedir tu deseo Sirenix, eliminar la enfermedad rara que mato a su madre, y su madre volvió, pero fue para nada ya que al poco tiempo fue la batalla del Fin del Mal –contó Faragonda, y se me salió una lágrima e intenté salir lo más rápido posible.

–Vale, adios, directora –medio llorando me fui al bosque a estar sola.

Narrado por Faragonda

–¿Me pregunto si no debí contárselo? –se dijo Faragonda a sí misma. Llegó Stella.

–Directora, ¿mis padres estaban antes separados? –dijo ella.

–Sí, Stella, sí. Aunque cuando pediste tu deseo Sirenix, deseaste que se llevarán mejor.

–Y así es. Y, bueno creo que ya está. Adiós, llamaré a la siguiente.

Narrado por Layla

–Ya voy, Stella –dije, tras contarme ella que era mi turno.

Toqué a la puerta del despacho, me dijo que pasara y que me sentara en una silla. Y así hice.

–Directora, ¿por qué razón yo fui la penúltima en unirme al Winx Club, antes de Roxy, mucho después?

–Veamos, Layla, tú conocías a unas haditas pequeñas llamadas Pixies, y tratabas de salvarlas de Lord Darkar, pero sólo conseguiste salvar a tu Pixie, que dormía en la capucha de tu sudadera. Cuando llegaste a Alfea, las Winx te vieron, estabas inconsciente de todo el duro trabajo que hiciste. Te curamos y cuando te recuperaste, te uniste a Alfea y  a su grupo.

–Ya entiendo, muchas gracias.

–Avisa a Bloom, es la última.

–Muy bien.

Vuelve la narración por Bloom

–Por fin, Layla, estaba impaciente.

Fui al despacho de Faragonda, toqué a la puerta, entré, me senté en una silla y comencé con mis dudas.

–Directora, ¿por qué destruyeron Domino las Tres Antiguas Hechiceras?

–Porque el Fuego del Dragón es el poder más fuerte en todo el Universo. Los destruyeron todo y lo hicieron frío y desolado. Pero, tú te salvaste, gracias a tu hermana Daphne que te envió a través de un portal a la Tierra, allí te criaste, con tus padres adoptivos, Mike y Vanessa, y cuando tuviste dieciséis años, sacaste tu poder gracias a Stella.

–¿Mike y Vanessa? –pregunté desconcertada.

–Sí.

–Son mis tíos, la hermana de mi padre es Vanessa.

–Bueno, al renacer, el destino no quiso que te separaras de ellos, supongo.

–¿Por qué mi Enchantix fue incompleto?

–Porque no quedaba nadie de Domino, y el Enchantix se obtiene salvando a alguien de tu planeta, porque al obtener el Enchantix te conviertes en guardiana de tu planeta. Pero fue completo cuando salvaste a Domino de la desolación. Tú nunca perdiste la esperanza, querida.

–Bueno, y, ¿cómo encontraré a Daphne?

–Ella estará en el lago Rocaluz.

–Muy bien, pues allí iré. Adiós.

 Me dirigí al lago Rocaluz, escuché a alguien, pero no tenía tiempo, estaba ansiosa por conocer a mi hermana Daphne.

CONTINUARÁ

¿Encontrará Bloom a Daphne? ¿Qué ocurrirá con la familia de Bloom? ¿Habrá algo que lo solucione todo?

DESCÚBRIDLO EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO